¿Cuántas ecografías debes realizarte durante tu embarazo?

Son indispensables para hacer una valoración adecuada del desarrollo del bebé en el vientre de la madre, pero también para diagnosticar posibles riesgos fetales o maternos y malformaciones.

Por Redacción Cromos

17 de enero de 2021

ecografía, mujer embarazada

ecografía, mujer embarazada

Fotografía por: Pixabay

Durante la gestación hay muchos momentos significativos y de gran carga emocional, como cuando te enteras de que vas a ser mamá o al sentir los primeros movimientos del bebé en tu vientre. Pero uno de los más apasionantes, donde aflora toda tu sensibilidad, sucede cuando tienes la oportunidad de verlo por primera vez, aunque no presencialmente, sí en vivo y en directo en una pantalla y gracias a la primera ecografía.

La ecografía fetal es una prueba diagnóstica que se efectúa en el embarazo y que usa ondas de sonido reflejadas con el fin de producir imágenes del bebé, de la placenta y del líquido amniótico. A través de esta, el especialista examina cómo transcurre el crecimiento y desarrollo del feto, la evolución de las estructuras embrionarias, probables complicaciones y, en general, la evolución de la gestación.

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Hay dos clases de ecografías, la transvaginal, mediante la cual se pone en la vagina un dispositivo conocido como transductor, que es una pequeña sonda que transmite ondas sonoras de alta frecuencia que llegan hasta el útero y capta los sonidos que rebotan en el cuerpo del bebé, y después pueden verse en una pantalla y en forma de imágenes. La segunda es la transabdominal, en la que el transductor se desliza sobre el abdomen.

En un embarazo sin mayores inconvenientes los expertos aconsejan hacerse tres ultrasonidos o ecografías. “La primera, que se llama de marcadores ecográficos de primer trimestre, se debe realizar entre las semanas 12 y 14, y es para detectar hallazgos ecográficos que sugieran alguna anormalidad cromosómica”, asevera Alejandro Ospina Suescún, médico y cirujano especialista en ginecología y obstetricia de la Universidad Militar Nueva Granada (UMNG).

En esta ecografía inicial también se determina el tamaño, ubicación y actividad cardiaca de tu bebé. Además, podrás saber cuánto tiempo tienes de embarazo (lo que se conoce como edad gestacional), y si en camino viene más de una agradable sorpresa; en otras palabras, gemelos, mellizos o más hijos.

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“La segunda ecografía se realiza entre las semanas 20 y 24, y se denomina de detalle anatómico. Vulgarmente la llamamos de cabo a rabo y se evalúa muy bien el feto, tratando de detectar anormalidades estructurales o marcadores también ecográficos que sugieran alguna anormalidad”, aclara el doctor Ospina Suescún.

En ella se verá cómo transcurre la formación de los órganos, entre estos los genitales, motivo por el que si el futuro bebé se deja observar bien y, si lo deseas, sabrás si es una linda niña o un hermoso varón. Entre menos grasa abdominal tengas, las imágenes serán más nítidas y será más fácil detectar si hay alguna dificultad o malformación fetal.

La última ecografía se hace en el tercer trimestre de la gestación, normalmente entre las semanas 32 y 36 con el fin de verificar el crecimiento, posición, peso y desarrollo del bebé, pero también para establecer si hay alguna anomalía no divisada en la anterior, teniendo en cuenta antecedentes del embarazo o estudios previos.

Solo de ser necesarios, tu ginecoobstetra te ordenará más ultrasonidos, como lo explica el doctor Ospina: “Hacemos más ecografías dependiendo de los hallazgos que se encuentren en las que se van realizando. Hay una especial que se llama Doppler de circulación placentario y fetal, que generalmente se realiza cuando observamos que el feto no está creciendo adecuadamente. Es una herramienta de mucha utilidad hoy en día, para definir si podemos contemporizar más el tiempo del embarazo o debemos ir terminándolo”.

Las ecografías habituales se realizan en dos dimensiones o 2D, pero también se pueden hacer tridimensionales o 3D/4D, con tecnología de última generación y que complementan la información, proporcionando imágenes más claras de la forma y volumen del bebé.

Las de 3D o 4D no son indispensables, pues no hay grandes beneficios para la salud y los diagnósticos de los especialistas, estos generalmente se verifican mediante la ecografía convencional o 2D. No obstante, con el fin de guardar un recuerdo con imágenes más nítidas del bebé, muchos padres las prefieren, pero en opinión de los expertos, una ecografía solo debe hacerse por motivos estrictamente médicos.

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