¿Es necesario darles vitamina D a los niños en estos días sin sol?

Desde que nacen, los médicos hablan de la importancia de que reciban luz solar, así que los padres se preguntan si deben tomar medidas especiales durante el confinamiento.

Por Redacción Cromos

15 de abril de 2020

Esta vitamina es clave para la formación de los huesos.  / Pixabay.

Esta vitamina es clave para la formación de los huesos. / Pixabay.

Por lo general, los niños adoran salir a la calle. Se emocionan al ver que sus padres empiezan a alistar su cochecito y, cuando ya caminan, se plantan en la puerta a la espera de que alguien les abra. Relacionan la salida con el parque, los juegos, el aire fresco, los perritos, los árboles y las flores. Para cualquiera, salir es sinónimo de libertad, y a todos, independientemente de nuestra edad, nos sienta bien alejarnos de las cuatro paredes de nuestro hogar. Por esta razón, es más frecuente que los pequeños estén afuera que adentro. Al llegar el fin de semana, las familias se alistan rápidamente para escapar de casa, lo cual quiere decir que, en la mayoría de los casos, reciben suficiente vitamina D proveniente del sol.

Otra es la historia cuando los bebés acaban de nacer, aún no han sido vacunados y no salen. Para enfrentar esa ausencia de contacto con el sol, muchos pediatras recetan suplementos de vitamina D, mientras que los niños están más preparados para salir al exterior. Por esta razón, los padres se preguntan si en estos días, en los que sus hijos vuelven a estar encerrados, deberían recurrir de nuevo a un suplemento.

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La importancia de la vitamina D

Esta vitamina es clave para la formación de los huesos. Los niños que no reciben suficiente vitamina D no absorben adecuadamente el calcio y el fósforo de los alimentos y pueden llegar s sufrir de raquitismo, una enfermedad en la que los huesos no se forman bien y, por lo tanto, son blandos, débiles y se rompen con facilidad.

La vitamina D también se relaciona con el movimiento de los músculos, el funcionamiento de los nervios y el fortalecimiento del sistema de defensas. Un niño con déficit de esta vitamina puede tener calambres, debilidad muscular, retraso en el crecimiento y ser más propenso a contraer enfermedades.

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“La inmensa mayoría (80-90%) de la vitamina D la fabricamos en nuestro organismo a través de la radiación solar (en concreto de la radiación ultravioleta tipo B), que permite que transformemos determinados componentes de la piel en vitamina D –escribe la pediatra Miryam Triana Junco–. Una pequeña parte de vitamina D (10% aproximadamente) la obtenemos a través de la dieta (lácteos, yema de huevo, pescados azules).

¿Qué hacer durante la cuarentena?

Triana recomienda trabajar conscientemente en aumentar el acceso de los niños al sol y a esas fuentes alimenticias de vitamina D. Para empezar, entonces, la idea es tratar de que reciban luz solar los días menos nublados. Para ello es importante abrir las ventanas, ya que los cristales pueden bloquear los rayos UVB. No hay que desvestirlos, la comunidad médica dice que es suficiente con que el sol les dé en la cara, el cuello y los brazos por 10 o 15 minutos.

En cuanto a los alimentos, se pueden consumir diariamente leche y huevos. El pescado azul o blanco es recomendable entre 3 y 4 veces a la semana, pero vale la pena tener presente que algunos deben evitarse en menores de 10 años, como el pez espada (o emperador), el tiburón, el atún rojo y el lucio. También les podemos ofrecer salmón, sardinas, boquerones y atún en lata.

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“La vitamina D es liposoluble –explica la pediatra–, lo que quiere decir que se acumula en el tejido adiposo del cuerpo (la grasa). La producción de esta vitamina es muy variable a lo largo del año. En general, en invierno tenemos muy poca exposición solar y la producción de vitamina D es prácticamente nula; esto lo compensamos durante el resto de estaciones del año. Así que de momento, no parece necesario suplementar a todos los niños”.

Sin embargo, hay dos excepciones: los menores de un año con lactancia materna exclusiva, ya que la leche materna tiene un muy bajo contenido de vitamina D, y los menores de un año que tomen menos de un litro de leche de fórmula al día (que son la mayoría). Si su hijo está dentro de estas excepciones, vale la pena que consulte con el pediatra.

Por Redacción Cromos

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