Hasta noviembre, el mercado ha alcanzado 161.776 matrículas de vehículos nuevos.
Comprar un carro nuevo es adquirir seguridad. Sí, es importante el modelo, los accesorios, la marca y el color, pero lo más valioso es la expectativa de su funcionamiento. Un vehículo usado, por más conservado que esté, puede presentar daños en cualquier momento, sobre todo si tiene un kilometraje alto y una longevidad considerable.
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El ahorro a corto plazo
Algunos nuevos optimizan, a través de un sistema electrónico, la siempre costosa gasolina. Para que percibamos la inversión, lo ideal es elegir un auto híbrido, que nos permita distribuir las cargas. Además de ayudarle a la salud del planeta, mejorará nuestras finanzas.
Los almacenes oficiales
Recurrir a los concesionarios es un punto a favor. Por norma no pueden especular con los precios, ofrecen servicio de postventa y no hay duda de que, en caso de imprevisto, respetarán la garantía. Se asegurarán de conservar el voto de confianza que el cliente ha depositado en el fabricante.
El cuidado del medioambiente
No es lo mismo un motor de hace cinco años que uno último modelo. Las marcas disponen de un departamento para reducir al máximo la emisión de gases de los autos a gasolina y diésel. Apostar por un cero kilómetros es respetar el medioambiente, sobre todo si es híbrido o totalmente eléctrico.
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La tecnología de punta
Conducir un carro nuevo es incomparable. En algunos es similar pilotear un avión. La contaminación sensorial, estamos expuestos al manejar (el movimiento natural del motor y del aire acondicionado), no existe en las propuestas de alta gama.
Por protección
En las últimas tres décadas hay una disminución del 30% en el número de heridos por accidentes de tránsito, según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Estados Unidos. Los estándares de calidad actuales son distintos, porque algunos coches vienen con freno de emergencia automático, alerta de punto ciego, luces potentes y cámaras para parquear.
El mantenimiento
Un carro usado necesita mantenimiento de manera regular, mientras que uno nuevo pasará por el taller después de haber sobrepasado los 10 mil kilómetros. Mientras llegamos a ese número vamos a poder ir seguros y felices en un auto que es producto de años de desarrollo.
