Los golazos de la música en los Mundiales

En los mundiales de fútbol hay equipos ganadores y perdedores, pero los himnos que acompañan al juego suelen salir siempre victoriosos.

Por Laura Galindo M. / @LauraGalindoM

03 de julio de 2018

Hit mundialista. Seis meses después de su lanzamiento, Waka Waka había vendido más de 9,5 millones de copias en el mundo y era número uno en más de 50 países. / Foto: Getty.

Hit mundialista. Seis meses después de su lanzamiento, Waka Waka había vendido más de 9,5 millones de copias en el mundo y era número uno en más de 50 países. / Foto: Getty.

El 9 de octubre del 2009, Colombia se quedó por fuera del Mundial de Sudáfrica. Fue en el penúltimo partido de las eliminatorias suramericanas, mientras jugaba contra Chile, en Medellín. Cuatro goles contra dos. 

Mientras los colombianos aceptaban su derrota con estoicismo y se acomodaban en la idea de que por tercera vez consecutiva no irían a la Copa Mundo, Shakira era elegida por la FIFA para interpretar la canción oficial de Sudáfrica 2010. Seis meses más tarde, Waka Waka había vendido más de 9,5 millones de copias en el mundo y era número uno en más de 50 países. Un ritmo pegajoso a mitad de camino entre el soca de Trinidad y Tobago, el mapalé del Pacífico y el bombo cumbiero del Atlántico. Un estribillo que parafraseaba los cantos de marcha cameruneses (zamina mina zangalewa) y un baile festivo perfecto para celebrar un gol. Hace ocho años, Colombia no llegó al Mundial, pero su música sí.

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Hablar de fútbol es hablar de pasiones, de amores irracionales, de nacionalismo, de pertenencia y de orgullo. Hablar de música es lo mismo y pocos lo tienen tan claro como la FIFA. Desde hace más de setenta años, el Mundial tiene banda sonora: Ennio Morricone en 1978, Plácido Domingo en 1982, Ricky Martín en 1998. Il Divo, Anastasia, Vangelis, Jennifer López, Pitbull, Avicii y, desde luego, Shakira. 

La historia comienza en 1962, cuando Chile fue el anfitrión de la copa del mundo y The Ramblers, una de las bandas rockanroleras de la nueva ola, compuso una canción para animar a la selección chilena. Se llamó El rock del Mundial. Sonó por primera vez durante la tercera edición del Festival Viña del Mar y a los dos meses todos coreaban su estribillo: “Tómala, métete, remata”.

Desde entonces, el Mundial oficializó una canción para cada una de sus ediciones, que le rinde homenaje al país anfitrión. Una orquesta mexicana para México 1970. El británico Lonnie Donegan para el Mundial de Inglaterra. Dos cantautores italianos para el de Italia, la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires para el de Argentina, un coro góspel para el de Estados Unidos y una batucada para el de Brasil. 

Este año, en la canción oficial de Rusia 2018 cantan Nicky Jam, Will Smith y Efra Strefi, una de las divas del pop balcánico. Se llama Live it up y es una fusión de ritmos electrónicos producida por el estadounidense Diplo que, entre rapeos y estrofas bilingües en inglés y español, invita a celebrar la vida: “Vivámosla porque solo tenemos una”.   

Pero desde hace casi 20 años, la canción del Mundial dejó de ser una sola. La FIFA encarga, además, un himno que habla de igualdad, unión y respeto por la diversidad. Coca-Cola estrena otro que exalta los valores de la marca, y a la lista se suman  las canciones que hacen parte de los eventos de apertura y cierre. Este año también estarán Jason Derulo, Maluma, Natalia Oreiro, J. Balvin y Rubén Blades.

La música y el fútbol no están tan lejos. Son un romance eterno, que va desde ‘cantar un gol’ hasta tener a tres tenores líricos interpretando arias de Giacomo Puccini, en Italia 90. Plácido Domingo, José Carreras y Luciano Pavarotti presentaron, 24 horas antes de que Argentina y Alemania se jugaran la final, un concierto de beneficencia al que llamaron The Impossible Dream.

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Los tres tenores bajaron la música clásica de su podio y lograron convertirla en inspiración para jugadores e hinchas.

El plan surgió seis meses antes, cuando los tenores y el productor Mario Dradi se encontraron en Roma para celebrar el cumpleaños de Carreras. La música clásica, que no solía bajarse de sus podios, tuvo que sonar entre la euforia mundialista y convencer a los hinchas de que asistir a un concierto como ese era buena idea.

Funcionó. En vez de óperas de tres horas, escogieron fragmentos populares. La donna e mobile, O sole mio, Nessum Dorma. “Una selección de los mejores goles en vez del partido completo”, dice Roberto Herscherr, crítico de Ópera News.

Y siguió funcionando: para 1998, los tres tenores dieron el concierto de cierre en el Mundial de Francia. Ni España ni Italia llegaron a la final, pero dos españoles y un italiano pasaron a la historia con varios de sus mejores goles. Igual que Shakira. Igual que la música que cada cuatro años, sin falta, clasifica y llega a la final. 

Por Laura Galindo M. / @LauraGalindoM

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