Leer constantemente tiene grandes beneficios, especialmente si se hace desde que estamos pequeños, ya que es una actividad que incentiva la concentración, la imaginación y la empatía, además de que ayuda a comprender situaciones vitales complejas y a prevenir la degeneración cognitiva.
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Adicionalmente, es un hábito sano que brindará horas de entretenimiento a tus hijos, mientras alimentan su cerebro. Por todo esto es fundamental fomentar la lectura en niños desde una edad temprana.
¿Qué puedo hacer para que los niños lean?
Actividades para aprender a leer y motivar a tus hijos en el estudio
Aunque en Latinoamérica no tenemos muy arraigado el hábito de la lectura, teniendo niveles muy bajos de libros leídos por año, no es una actividad difícil de enseñar, si se tienen las estrategias correctas para enamorar a los niños.
Por esto, te traemos 5 alternativas para ayudar a que tus hijos adquieran el gusto por la lectura y se convierta un hábito en sus vidas.
No conviertas la lectura en una obligación
Lo primero que debemos tener en mente es que con los niños la imposición no funciona. Si los fuerzas a leer, seguramente te harán caso por un par de páginas, pero jamás se convertirá en un hábito que por su cuenta mantengan. Debes crearles el hábito de lectura de una forma sugestiva, que no sea impositiva.
Sé creativo y muéstrales todas las posibilidades lúdicas y creativas de la literatura, por ejemplo, inventando nuevas historias o finales alternativos. También es positivo dejar que el niño escoja qué tipo de libros quiere leer e ir creando sus propios gustos.
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Si los llegáramos a obligar a leer y además lo hacemos con libros que no le gustan, al final terminará odiando la lectura y cogiéndole pereza a esta actividad antes de conocerla siquiera.
Descubran sus gustos e intereses
Existen libros de todo tipo, así como hay niños con todo tipo de gustos. Si tomamos el tiempo de conocer los intereses de nuestros niños, será más fácil orientarlos con éxito y ofrecerles opciones que los apasionen.
Si encontramos los libros ideales, que llamen su atención y que cumplan con sus expectativas, vamos a aumentar radicalmente las posibilidades de que lean con frecuencia y fomentar la lectura será algo natural.
Escuchemos a los niños del mismo modo que nos escuchamos a nosotros mismos cuando escogemos qué leer. Si desean libros sobre un tema en especial, que tengan o no ilustraciones, etc. ¡Ellos saben lo que quieren!
¡Rompan la rutina! Lean donde sea
Puede parecer un detalle insignificante, pero hasta el lugar en donde leen tiene un impacto en la manera en cómo los niños sienten su relación con la lectura. Si siempre limitamos esta actividad al estudio, el escritorio o al mismo espacio en que se hacen tareas, tendrá la misma sensación “académica”.
Podemos jugar con los espacios de la casa, convertir la lectura en una aventura y darle ese toque de diversión, al estar rompiendo con las rutinas diarias.
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Creen momentos significativos alrededor de la lectura
La lectura tiende a ser vista como un acto solitario. Y en parte, es así, pero debemos recordar la dimensión social que también implica la lectura, como una actividad a disfrutar juntos.
Puedes implementarlo, por ejemplo, con lecturas en voz alta o con dramatizaciones. Estas formas de leer compartidas son muy positivas, ya que ayudan a crear comunidad y a establecer vínculos emocionales entre los participantes.
Además, el mero hecho de intercambiar opiniones sobre una misma lectura también favorece que los niños lean y creen un criterio propio. Si escuchamos sus interpretaciones también ayudamos a que se sientan valorados y a fomentar el análisis. Sumando todo esto, los niños comprenderán que la lectura no solo sirve para aprender, sino que es una forma de pasar un buen rato con otras personas.
Si te ven leer, ellos también leerán
En especial cuando son muy pequeños, los niños tienden a imitar lo que ven en los mayores. Buscan parecerse a sus referentes y por eso repiten sus conductas. Por eso es tan importante predicar con el ejemplo.
Podemos decirles 100 veces que, por su bien, deberían leer, y aun así tendrá mucho más impacto vernos hacerlo que solo recibirlo de palabras.
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Existen diferentes maneras para incentivar a los niños a interesarse por la lectura y para que la conviertan en uno de sus hábitos. El combinar todas estas recomendaciones incrementará las posibilidades de que el niño se acostumbre a leer, acompañados por nuestro apoyo constante.
