¿Por qué unas personas desarrollan la adicción al juego y otras no?

Juan Daniel Gómez, neuropsicólogo graduado de la Universidad de Múnich y profesor de la Universidad Javeriana, habla de los comportamientos compulsivos.

Por Carlos Torres / Revista Cromos

04 de noviembre de 2019

Pixabay

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¿Qué es la dopamina? ¿Qué tiene que ver con las adicciones?

La dopamina es una sustancia que llega a un lugar del cerebro. Cuando a usted le pagan, dicha área del cerebro produce una microdosis de dopamina. Cuando a usted lo felicitan hay otra microinyección de dopamina. Lo mismo sucede al comer algo rico, al hacer el amor, al hacer un gol. Cuando uno tiene una desregulación de esto, la persona elige una actividad que compense la ausencia de dopamina. Puede refugiarse en los deportes, el trabajo, el sexo, las compras, el alcohol o el juego, que está diseñado para que la gente pierda y la casa gane. 

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¿Qué pasa por la cabeza de un jugador compulsivo?

La persona que mete la moneda en la máquina tragamonedas, si gana algo, recibe una inyección emocional que le permite saciar su necesidad de recompensa. Sigue moviendo la palanca como al ratón de laboratorio al que se le administran drogas adrede para volverlo dependiente.

 

¿Por qué unas personas desarrollan la adicción al juego y otras no?

Probablemente tienen un síndrome de desregulación dopaminesca, a diferencia de los adictos a las drogas. Los jugadores compulsivos no tienen una molécula farmacológica que genere dependencia a su organismo.

 

¿La dependencia a las drogas tiene algo en común con la dependencia al juego?

Según la Organización Mundial de la Salud, hay 350 millones de personas dependientes de drogas en el mundo, de los que 35 millones son problemáticos. Estas personas probablemente son los que tienen el síndrome de desregulación dopaminesca. Es decir, antes de probar las drogas, estas personas ya tenían esa disposición.

Las moléculas farmacológicas, incluso con la marihuana de alta potencia, producen dependencia. El cuerpo desarrolla tolerancia, el organismo se acostumbra a las cantidades de recompensa y termina pidiendo más dosis. Esas personas pueden salir de su dependencia con terapia psicológica, no están enfermos, aunque tengan dependencia a las drogas. No es una enfermedad la que le pide consumir drogas, es la misma droga la que lo abraza. En el juego es que no hay molécula que produzca dependencia, en los hombres y en las mujeres adictos a las apuestas hay una falla en el sistema nervioso. Por eso unas personas se vuelven ludópatas y otras no.

 

¿Puede sugerir un camino para tratar al ludópata?

A las personas dependientes al juego se les puede recetar algún tipo de molécula farmacológica para que no se sometan a la religión de los doce pasos, a hacer el ritual de grupo todas semanas. Con medicina no tendrían que autoincriminarse por el resto de su vida. El tratamiento médico adecuado sería darle una molécula que sustituya el síndrome de desregulación. 

Por Carlos Torres / Revista Cromos

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