El sexo anal, el último tabú entre hombres heterosexuales

El sexo anal, a pesar de que puede estimular el punto G masculino, continúa siendo un tema tabú para los hombres heterosexuales.

Por Redacción Cromos

11 de agosto de 2022

El sexo anal de entrada puede ser una opción que ya muchos consideran placentera e integrada en la vida sexual cotidiana, sin embargo, tiene un significado cultural y social que extrañamente sigue prevaleciendo en la actualidad.

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¿Qué significa el sexo anal?

En un momento de la historia de la humanidad fue la manera en que las mujeres pudieran llegar “vírgenes” al matrimonio, pero con experiencia en el sexo. Entonces ahí se resalta su significado de fornicación, incluso de sumisión.

Valérie Tasso mencionó en un artículo sobre el tema que en las antiguas Grecia y Roma “no existía ningún impedimento por el que esa zona no pudiera ser utilizada por un varón para el placer, independientemente de que fuera el ano de una mujer o el de otro hombre. Sólo había una regla de oro que ningún varón que se preciara como tal pudiera vulnerar; debía ser siempre el agente activo, el ‘que daba’ y nunca un mero sujeto pasivo (eso era cosa de mujeres, esclavos o efebos)”.

¿Qué es el ‘bud sex’?

Pero teniendo en cuenta la sociedad patriarcal y conservadora que sigue existiendo en estos momentos, en los últimos años se ha hablado de un término llamado bud sex, que son hombres heterosexuales que tienen sexo homosexual, pero que no piensan en sí mismos como gays, de hecho, llegan a destacar por tener comportamientos homofóbicos.

Tony Silva, sociólogo de la Universidad de Oregón, inició un estudio en 2016 sobre este fenómeno que parecía suceder entre hombres blancos que provienen de zonas rurales en Estados Unidos.

El investigador menciona que en este contexto conviven factores que afectan la identidad sexual y la cultura, “las identidades sexuales, tal como las conocemos hoy en día (heteros, gays, lesbianas, bisexuales, etc.), no se clasificaron hasta mediados-finales del siglo XIX y la forma de entenderlas no es la misma en todo el mundo. Pero no solo eso, además, y como se ha visto en el estudio, personas con la misma cultura pueden tener prácticas sexuales similares, pero interpretarlas de formas distintas, dependiendo del concepto que tengan de su propia sexualidad”, explica.

De acuerdo con Silva, el término bud sex se aplica a las relaciones cuyos participantes piensan que se ayuda a un amigo, entre hombres blancos y heterosexuales, tal vez bisexuales, pero sin el contenido romántico. Estos son encuentros secretos, que no tienen consecuencias y no tienen nada que ver con lo femenino o la homosexualidad.

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El sexo anal con mujeres

Algunos hombres han ido experimentando lo que es el sexo anal con sus parejas mujeres, “Aunque lo hacen muy tímidamente y buscando siempre un permiso profesional o social”, indica Raúl González Castellanos, sexólogo, psicopedagogo y codirector de Ars Amandi.

“El beso negro o anilingus (estimulación oral del ano), practicado por su pareja femenina, es algo más fácil de aceptar para un hetero, pero el hecho de ser penetrado es ya otro asunto”, agrega González Castellanos.

S Moda, revista de El País, cita a Serena, una masajista erótica que trabaja en Madrid, que ha trabajado para hombres que piden el pegging, que es la penetración con un dildo y arnés. “Son heterosexuales, pero quieren probar esta práctica o ya la han probado y les resulta muy excitante. Sin embargo, no se atreven a pedírsela a sus mujeres o parejas por temor a su reacción”, dice la mujer.

El punto G masculino

Y es que algo que no se puede esconder es que el punto G de los hombres está localizado entre los testículos y el ano, ¿cómo ellos podrían perderse de este placer?, “Ahí está el perineo y muchos localizan el punto G masculino (en el interior del recto, a unos 4 o 6 centímetros de profundidad). Es una zona en contacto con la próstata, que algunos hombres la relacionan con una sensación muy placentera. Aunque como ocurre en el sexo, el placer depende de muchos factores, a parte del fisiológico. Está la situación o la compañía, que influyen poderosamente en el deseo”, dice la sexóloga Marta Jesús Camuñas.

Aquí es importante que los hombres se abran y dejen atrás los prejuicios y los supuestos significado de lo masculino, más bien, es mejor crear una relación abierta y honesta con alguien que le permita explorar su vida sexual plenamente.

González Castellanos recomienda que “sea algo consensuado entre las partes y que haya un mínimo ingrediente de curiosidad-deseo. Hay también que extremar la higiene e ir muy despacio, ya que la musculatura del esfínter anal es concéntrica y hay que dilatarla poco a poco”.

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