En 2016 el mundo de la moda y las redes sociales fue sacudido cuando Trevor McFedries y Sara DeCou crearon a Lil Miquela (o Miquela Sousa), una modelo adolescente de Los Ángeles elaborada a partir de Inteligencia Artificial a modo de estrategia de marketing para colaborar con diversas marcas, especialmente de moda. En su momento se pensó que era algo chistoso, casi ridículo, pero la verdad sentaría un precedente importante para lo que es la carrera del modelaje actual.
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Hasta el momento el personaje ficticio ha trabajado con grandes firmas como Calvin Klein y Prada, y ha posado o colaborado con personajes como Bella Hadid, Rosalía, Pabllo Vittar o Diplo. Asimismo, hasta el momento tiene casi 3 millones de seguidores en Instagram, mucho más de lo que una colega normal, de carne y hueso, llega a tener a menos que sea la hija de alguna gran celebridad o magnate.
Esto ha puesto toda una conversación sobre la mesa, la amenaza que la IA representa para las modelos que sí son seres humanos y los preocupantes estereotipos de belleza que perpetúan estas creaciones, pues además de ser ultra perfectas, en múltiples ocasiones son hipersexualidas.
Otro caso interesante es el de Shudu Gram, que algunos consideran la primera supermodelo digital, pues ha trabajado en populares campañas de moda de lujo, como para Balmain. Otras firmas que han decidido apostarles a las modelos creadas con estos sistemas son Levi’s, Nike o Louis Vuitton.
En un reciente texto sobre las profesiones que desaparecerían a partir de la popularidad de la IA de The Guardian, se expone que es peligroso que las marcas utilicen tanto estas herramientas porque hay cifras que revelan que a las personas no les gusta sentir que lo que consumen está dirigido, creado o representado por un robot.
Sin embargo, hay números que podrían demostrar lo contrario, pues cada vez hay más agencias que se encargan de crear modelos artificiales para sus clientes, según Bloomberg hay varios términos de costos evidentes, hay modelos humanos que pueden comenzar con USD$35 por hora, mientras que una agencia de modelos de IA pide solamente USD$29 al mes.
Y es que la preocupación parece aumentar porque las modelos ya no parecen avatares random del juego de los Sims, sino que hoy en día son prácticamente idénticas a las de carne y hueso, aquí es donde aparece el caso de Aitana López y Emily Pellegrini (Ambas con más de 100 mil seguidores en Instagram), que además de tener trabajos con diversas marcas, también tienen cuenta en Fanvue, una plataforma similar a OnlyFans, o sea que estamos hablando de contenido para adultos.
López fue creada por una agencia de modelos que estaba cansada de trabajar con modelos e influencers que son seres humanos pero que su ego e irresponsabilidad los dejaba mal con los clientes. Ahora este personaje de melena rosada hace más de mil euros por anuncio y gana entre 3 mil y 10 mil euros al mes.
El caso de Pellegrini es tal vez el más conocido actualmente, pues se hicieron virales los titulares que afirma que millonarios y deportistas han caído a sus pies, pues su creador ha revelado que al buzón de mensajes le llegan un sinfín de invitaciones, entre ellas algunas en los restaurantes más costosos de Dubái.
“Le pregunté a Chat GPT cuál es la chica de los sueños del hombre promedio y me dijo cabello castaño largo y piernas largas, así que la hice exactamente como decía. El objetivo era hacerla simpática y atractiva. Quería mantenerla lo más real posible”, dijo el creador del personaje al Daily Mail.
La persona que está ganando miles de dólares con la modelo de IA también dijo al medio: “Hubo un momento en el que pensé: ‘¿Qué car** está pasando?’ Un futbolista profesional también apareció en el mensaje de Emily y preguntó: ‘¿Cómo es posible que una dama tan hermosa no tenga novio?”.
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Por otro lado, a finales del año pasado se volvió popular la historia de una modelo taiwanesa, Shereen Wu, que participó en el desfile de Michael Costello, porque el diseñador publicó una imagen de ella en la pasarela, pero en realidad su rostro aparecía alterado por la IA, borrando su raza y dejando a una persona completamente diferente.
Susan Scafidi, directora académica del Fashion Law Institute de Fordham, comenta al respecto a The Guardian: “La imagen modificada de Shereen resalta la posibilidad de que un programa de IA que ha absorbido preferencias de belleza convencionales borre por completo la raza de una modelo, retrocediendo el reloj del progreso de la industria de la moda hacia la diversidad en la pasarela”.
