¿Cómo saber si te están haciendo gaslighting o manipulando en tu relación?

El gaslighting o la luz de gas es hoy uno de los problemas más visibilizados en las relaciones afectivas.

Por Redacción Cromos

27 de marzo de 2023

El gaslighting se ha convertido en un término muy popular últimamente: vemos guías de alerta y publicaciones de terapeutas en redes sociales, y muchos ya utilizan la palabra de manera coloquial. ¿Pero qué es esto de lo que todos hablan?

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¿Qué es el gaslighting?

Según el Newport Institute, el gaslighting una forma de manipulación psicológica en la que el abusador intenta inducir a otra persona a dudar de sí misma. Típicamente, los gaslighters utilizan la distorsión de la realidad para ganar poder y control sobre las otras personas, mientras fuerzan a sus víctimas a que cuestionen su propio juicio.

El término viene de una obra de 1938 llamada Angel Street, que luego adaptaría Alfred Hitchcock en su película Gaslight, en la que un hombre busca convencer a su esposa de que se está volviendo loca con el fin de robarla. El hombre atenúa las luces de la casa mientras revisa sus joyas, y mientras tanto, la mujer se pregunta qué ocurre. Gradualmente él logra convencerla de que todo está en su imaginación.

El terapeuta Roberto Rocha explica que “la intención es generar dudas en la persona sobre su juicio, sus propias actitudes, lo que hace, dice o recuerda. Te das cuenta porque siempre hay comentarios despectivos como ‘estás loca’, ‘eso no sucedió’, ‘yo sí te dije, pero tienes mala memoria’, ‘mira cómo te pones’, ‘necesitas ir a terapia’, etc. Este tipo de frases lo que generan son dudas y van impactando en la percepción de la realidad del otro. Y esto genera mucho dolor en las personas.”

El gaslighting generalmente se da en relaciones abusivas, y puede estar asociado a otro tipo de abusos físicos, aunque no es necesario. Es una forma de manipulación más frecuente en relaciones románticas, pero puede ocurrir también en relaciones familiares, y menos frecuentemente, en entornos laborales o profesionales.

El gaslighting generalmente se da en relaciones abusivas, y puede estar asociado a otro tipo de abusos físicos, aunque no es necesario. Es una forma de manipulación más frecuente en relaciones románticas, pero puede ocurrir también en relaciones familiares, y menos frecuentemente, en entornos laborales o profesionales.

Fotografía por: Pexels

¿Cómo reconocer si te están haciendo gaslighting?

El gaslighting generalmente se da en relaciones abusivas, y puede estar asociado a otro tipo de abusos físicos, aunque no es necesario. Es una forma de manipulación más frecuente en relaciones románticas, pero puede ocurrir también en relaciones familiares, y menos frecuentemente, en entornos laborales o profesionales. La diferencia entre una confusión común y el gaslighting es que la primera no ocurre tan frecuentemente, y la segunda, se empieza a volver más frecuente. “Lamentablemente, cuando una persona ve que este tipo de manipulación le funciona, la vuelve a utilizar”, afirma Rocha.

El problema es que es una manipulación sutil, en general, de personas que amamos y que creemos que nos aman, y que no solo ataca la percepción y los recuerdos, sino también el carácter de la víctima, que gradualmente empieza a perder la noción del abuso o de la falta, porque sus emociones son minimizadas constantemente. “Por ejemplo, en contextos en los que un acuerdo se ha roto o se han incurrido en irrespetos como gritar o insultar, frases como ‘¿Por qué lloras si no es para tanto?’ o ‘eres muy exagerado’, si es reiterativo, son formas de gaslighting. Se pueden incluso traer traumas del pasado para referenciarlos con el presente y justificar la manipulación. Así, la persona finalmente deja de creer en su propia sensación”, asegura Rocha.

El abusador tiene varias técnicas, entre ellas: pretender no entender o no escuchar; cuestionar la memoria de la víctima; cambiar o evadir el tema; trivializar y minimizar las emociones de la víctima; y negar acuerdos que se han hecho o pretender olvidarlos.

El terapeuta explica que no se trata de que cada una de estas frases sea en sí misma una manera de manipular, pero sí es un llamado de atención y generalmente esconde el deseo del otro de obtener algo. Rocha dice que en sus consultas ha llegado a conocer quienes buscar provocar el enfado de la víctima para lograr ver su enojo, e incluso, atreverse a diagnosticarlo con un desorden mental. “Es eficaz porque lo dice alguien que es importante para nosotros, asumimos que no viene cargada con una mala intención y debe tener algo de razón. Finalmente, la otra persona, para no sentirse culpable deja de decir las cosas y entra a ser controlada por su pareja.”

¿Qué se puede hacer?

Lo que explica el experto es que se debe restablecer la confianza propia, aunque inicialmente sea a ciegas, así no tengamos claro cómo ocurrió, debemos confiar en lo que sentimos. Es clave recordarnos a nosotros mismos que no está mal sentir enojo o tristeza y que solo nosotros conocemos nuestra experiencia. Por último, recomienda buscar información al respecto y compartir la situación con un grupo de apoyo externo, objetivo y desvinculado de la pareja, que nos pueda validar.

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