1. Haz las paces con la comida. La comida es un regalo y un placer, así que es importante que el lugar donde se coma sea relajado, confortable, y la compañía, inigualable y divertida.
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2. Evita mezclar. El primer paso de una buena digestión es una adecuada masticación, busca no empujar el sólido con líquido.
3. No haga grandes ayunos. Esto se puede evitar comiendo carbohidratos simples (como una fruta) o una pequeña porción de proteína.
4. Haz pequeñas cenas. Lo ideal es un buen desayuno, un almuerzo de tamaño adecuado (si almorzamos mucho podemos quedarnos dormidos en la reunión de las 2 de la tarde) y una cena liviana, ojalá dos horas antes de ir a la cama.
5. Reduce el consumo de sal y aditivos. Esto puede aumentar nuestra longevidad y calidad de vida, pues disminuye el riesgo de graves enfermedades.
6. Mastica. No hables, ni bebas mucho líquido mientras masticas.
7. Elije las grasas adecuadas. Es recomendable utilizar aceite de oliva y de canola, así como cortes de carnes magras, y pocas “pieles” y “cueros”.
8. Toma una adecuada cantidad de líquido. Recuerda que una gran proporción de nuestro cuerpo es agua, que se pierde incluso de forma imperceptible, así que en el día…toma líquido. Agua mucha agua.
9. Viste el plato con colores y fibra. Recuerda qué tan llamativo es el color rojo del tomate o el pimentón, el púrpura de la remolacha, el verde de las habichuelas, el brócoli y el kiwi, el naranja de la zanahoria y la mandarina. Usa el color, estimula los sentidos y mejora la salud.
10. Evita los azúcares y harinas refinados. Esto hará que el envejecimiento se retarde, los procesos digestivos sean adecuados, y se disminuyan la cantidad de gases.
Foto: Banco de imágenes CROMOS.