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Cortesía
En el restaurante los ofrecemos asados en la parrilla con buen aceite de oliva, o como parte de una ensalada de cangrejo, entre otras preparaciones. Son una locura: su textura es firme y crujiente, de un color blanco impecable y un sabor dulce y suave. Esta semana utilicé unos palmitos frescos en una preparación sencilla, pero deliciosa: unos langostinos salteados con ajo, palmitos y una mantequilla compuesta con hierbas. Es muy sencillo. Me gusta mezclar en frío la mantequilla con los ingredientes aromáticos, y siempre en este caso utilizo el ajo previamente sofrito, no crudo, para evitar que sea el sabor protagonista. Si encuentran en el mercado palmitos frescos, aprovechen y cómprenlos. Pueden usarlos de muchas formas y no se arrepentirán con el resultado.
hsasson28@hotmail.com / www.harrysasson.com
Sigue a Cromos en WhatsAppINGREDIENTES
4 troncos de palmito fresco, precocidos al dente
6 a 8 langostinos U15 por persona, pelados y limpios
4 cucharadas de mantequilla sin sal
4 dientes de ajo grandes cortados en láminas finas
4 hojas de albahaca troceada
2 cucharadas de cilantro finamente picado
1 cucharadita de orégano
Pimienta negra recién partida
Jugo de 1/2 limón
1/2 vaso de vino blanco
Sal
PREPARACIÓN
Previamente sofría el ajo en aceite de oliva hasta que esté ligeramente dorado. En un tazón mezcle la mantequilla con el ajo, la albahaca, el cilantro, el orégano y la pimienta negra, y reserve. Sazone los langostinos con sal y pimienta, y dórelos en una sartén grande con dos cucharadas de aceite de oliva, vuelta y vuelta, dejándolos casi a punto. Agregue los palmitos para que doren un poco. Añada la mezcla de mantequilla, y cuando esté derretida integre el limón y el vino blanco. Deje reducir un poco, rectifique la sazón con sal y sirva de inmediato.