Maritza Macdonald, la guardiana del conocimiento

Acostumbrada a dar charlas en Vietnam o Suráfrica, Maritza Macdonald, la colombiana que dirige el área educativa del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, estará en Cartagena durante el III Festival de las Artes Escénicas del Caribe.

Por Redacción Cromos

05 de abril de 2013

Maritza Macdonald, la guardiana del conocimiento
Maritza Macdonald, la guardiana del conocimiento

Maritza Macdonald, la guardiana del conocimiento

En 1969, cuando Neil Armstrong se preparaba para poner su pie sobre la luna, Maritza Macdonald se alistaba para traducir las palabras del astronauta al español. Los ojos del mundo estaban puestos en el alunizaje y Macdonald hacía parte del equipo de traductores que anunció a los medios de habla hispana que Armstrong había tocado la superficie lunar y en el espacio había pregonado: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Aún no existía el vocabulario técnico en castellano para referirse a un suceso tan insólito como este, así que la colombiana tuvo que usar su ingenio para que los latinos la entendieran.

Para Macdonald fue una experiencia tan agobiante como apasionante, pues explicarle al mundo lo que ocurría en el espacio era un privilegio para ella, quien nació para enseñar. Empezar como traductora en Estados Unidos era un paso lógico para una latinoamericana, pero su vocación siempre fue la educación, por eso, cuando le abrieron las puertas para enseñar y desarrollar programas educativos en diferentes colegios y universidades, abandonó su trabajo como traductora.

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Después de varios años en el campo de la educación –en los cuales terminó una maestría y un doctorado–, le ofrecieron el trabajo de sus sueños: dirigir el área educativa del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, donde podría influir en la formación de las 3.500 personas que ingresan diariamente a la institución.

Aunque su apellido es extranjero, Maritza Macdonald es cien por ciento colombiana. Los abuelos de su padre llegaron de Inglaterra a Mompox buscando oro y aquí se quedaron. Ella nació en Villavicencio, en 1945, pero desde los dos años se crió entre Barranquilla y Cartagena. En su voz aún permanecen la calidez y la frescura de su tierra, como si nunca se hubiera ido.

Macdonald estudió en el colegio Marymount de Barranquilla y a los 17 años aprovechó la posibilidad que les daba la institución de continuar su formación en el exterior. Aunque volvió al país, cinco años más tarde regresó a Estados Unidos para seguir preparándose, se quedó y a paso lento se abrió camino en el sistema educativo. “Los colombianos somos trabajadores y orgullosos, y nos reímos hasta cuando no tenemos ganas –cuenta–. Todo eso me ha ayudado a avanzar”.

Hace quince años Macdonald llegó al museo y ocupa el que es, probablemente, el cargo más importante de la institución, pues es ella quien decide cada paso de ese lugar hacia el futuro. “Dicto clases, hago investigaciones, y desarrollo programas pedagógicos para estudiantes y maestros –explica–. Además aprendo mucho, pues debo llenarme de nuevos conocimientos con cada exhibición para que así nos enseñe algo a todos”. Macdonald se ha convertido en una autoridad en el medio y constantemente recibe invitaciones para dar charlas y asesorías en instituciones educativas y museos de todo el mundo.

En estas excursiones, en las que puede viajar de América a África para terminar en Asia, Macdonald tiene la oportunidad de trabajar por su obsesión: lograr que el mundo entienda que la educación es un derecho, no un privilegio, y por ello debería ser accesible y gratuita para todos. En su lucha ya logró que el museo creara una maestría gratuita para docentes.

Para ella un buen profesor es el que se preocupa por conocer las pasiones, los intereses y las debilidades de sus estudiantes, y el que enseña por medio del juego y el arte, no de castigos y recompensas. “La educación busca que las personas sean más libres, curiosas y sensibles, para que, en consecuencia, sean mejores seres humanos”, asegura Macdonald, quien espera despertar la curiosidad de los asistentes a su charla en Cartagena, durante el III Festival de las Artes Escénicas del Caribe, en la que hablará sobre la importancia y la influencia del agua en la historia y el arte.

 

Por Redacción Cromos

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