El fútbol, uno de los deportes más atractivos para las mayorías, tradicionalmente dominado por los hombres, viene ganando terreno entre las mujeres, quienes dejando atrás los estereotipos le hacen un pase a la inclusión, siempre listas para anotar a su favor.
Puedes leer: Historias de vida: una enfermera incansable
Sigue a Cromos en WhatsAppLaurenz Nicole Zambrano y María Paula Bejarano sueñan, respiran, viven y practican el fútbol, una afición que comparten desde cuando eran bebés y que les ha permitido abrirse paso en la Escuela de Fútbol de Compensar. “Me gusta el fútbol porque mis padres lo practican y es un deporte completo que ayuda a la rapidez, al equilibrio y la densidad de los músculos”, sostiene Laurenz Nicole. “En Compensar me siento incluida, porque los niños a veces creen que a nosotras solo nos gusta el patinaje”.
Puedes leer: Historias de vida: el retrato de una luchadora
Por su parte, María Paula recuerda que cuando estaba en transición le dijeron que las mujeres no jugaban fútbol. “Después, con los años, se formó un equipo mixto y ahí empecé. Los hombres y las mujeres somos iguales, tenemos las mismas capacidades”, explica la jugadora de 11 años.
Las dos reciben el apoyo de sus familias, de sus entrenadores y de su escuela de formación, mientras juegan los primeros minutos de lo que, sin duda, será el gran partido de sus vidas. Siempre están motivadas a seguir aprendiendo, haciendo lo que más les gusta: anotar goles, y celebrar como lo hacen las jugadoras de la selección.
“HAY TRES VALORES MUY IMPORTANTES EN LA PRÁCTICA DEPORTIVA A NIVEL DE FORMACIÓN: DISCIPLINA, SACRIFICIO Y PASIÓN”, Cristian Díaz, profesor de la Escuela de Fútbol de Compensar.
Puedes leer: Adulto mayor: conoce los factores que afectan su bienestar