¿Por qué la mujer del animal me causó repulsión?

La última película de Víctor Gaviria estrenó en las salas de cine del país el pasado 9 de marzo.

Por Gabriela Castro Rico

13 de marzo de 2017

¿Por qué la mujer del animal me causó repulsión?
¿Por qué la mujer del animal me causó repulsión?

Dirección: Víctor Gaviria
Guion: Víctor Gaviria
Reparto: Natalia Polo y Tito Alexander Gómez
Género: Drama
Calificación: 3 estrellas

 

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Por un par de noches no pude conciliar el sueño. Las imágenes de la última película de Víctor Gaviria se me clavaron en la cabeza. En mi cama sentía rabia e impotencia. En el cine, tuve miedo, ansiedad y dolor. Dolor de mujer, que se sufre en las vísceras. Dolor por saber que esa historia se puede repetir a diario en cualquier lugar del mundo. La mujer del Animal cuenta la pesadilla de Amparo, quien fue drogada, llevada al monte y subyugada, durante siete años, por un hombre conocido como ‘El Animal’. 

 

Conocemos la crudeza de Víctor Gaviria –director antioqueño detrás de películas como Rodrigo D: no futuro, La vendedora de rosas, La pequeña cerillera y Sumas y restas–. Sabemos que él no conoce los pañitos de agua tibia y que busca mostrar la realidad tal cual es. El entorno social, económico y familiar de sus protagonistas es fiel a lo que ocurre en los barrios de Colombia donde la ley es la miseria. El vocabulario soez, las imágenes violentas y la inclemencia narrativa muestran sin tapujos la verdad detrás de las historias en las que se inspira, sin importar que el público no esté acostumbrado a esa alta dosis de sinceridad. La mujer del Animal, por supuesto, no fue una excepción. Al contrario, para el realizador ha sido la producción más dura y difícil de su carrera.

 

Gaviria investigó esta historia durante siete años. Su idea original era hacer una película basada en el libro Verdugo de verdugos de Fabio Restrepo, que contaba la historia de un justiciero que mataba a los hombres malos de Medellín. En medio del trabajo de campo conoció a Margarita (la verdadera Amparo), quien se presentó como la mujer de ‘El Animal’. Hasta ese momento, nadie le había creído que había caído en las garras de ese monstruo en contra de su voluntad. 

 

 “Mi marido era un delincuente, un matón, un violador”, aseguraba Margarita, quien estuvo secuestrada en la década de los 70, cuando nadie oía a las mujeres, ni hablaba por ellas o las protegía. Como ella, muchas otras solo conocieron el maltrato y la humillación, en una sociedad moralizante, hipócrita y machista.

 

Durante 120 minutos, observé con ira, dolor e impotencia cómo le robaban a una mujer su futuro, su dignidad, su fuerza.  Y fui consciente de que ella es solo una de las más de 15.000 colombianas que son víctimas de violencia sexual, psicológica y física. Tal como lo muestra la película, el machismo es un arma poderosa que, por me dio de la intimidación y la manipulación, transforma a las mujeres en seres temerosos, vulnerables, frágiles. El miedo las encarcela, las condena y las despoja, no solo de su libertad, sino de su identidad, del respeto propio y de su derecho a ser mujeres.

 

Han pasado 42 años desde que ‘El Animal’ destrozó en pedazos la vida de Margarita. Ha trasncurrido casi medio siglo de luchas de género y, sin embargo, todo sigue igual. Rosa Elvira Cely, Natalia Ponce de León, Yuliana Samboni, María Isabel Covaleda… Nombres y más nombres que desataron una indignación colectiva  que se quedó en la gritería estéril de las redes sociales. ¿Y qué pasa con las otras mujeres que son violentadas a diario? ¿Dónde están las personas que las rodean? Vivimos en un mundo de sordos y ciegos.

 

A Margarita no solo la condenó ‘El Animal’, sino su suegra, sus cuñadas y otros familiares que no quisieron abrir los ojos y aceptar la verdad. La condenó la falta de compasión y la cobardía de aquellos que fueron testigos de la pesadilla pero callaron, cómplices. La única fuerza que rondó su vida en esos años la encontró en sí misma. Sola, tomó la decisión de no darse por vencida. 

 

Gaviria denuncia una realidad que nos toca a todos y por eso nos lleva al límite. Hace que se nos revuelva el estómago y que sintamos la tentación de salir corriendo de la sala de cine a vomitar. Nos movemos inquietos en la silla y suspiramos, la zozobra hace que nos falte oxígeno. Sentimos cómo se despierta nuestro instinto animal y tenemos deseos de hacer justicia con nuestras propias manos. Sabemos que la película es horrible, pero somos conscientes de que atrocidades como esta no pueden maquillarse, porque, al final, callar (u omitir) es igual que aceptar. Si nos dejamos llevar por la cobardía, todos podemos convertirnos en ‘El Animal’.  
 

***

Premios:
Premio a Mejor Director y Mención Especial de Actuación Femenina en el 31 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba.

 

Participación en Festivales:
Selección oficial 41 Festival Internacional de Cine de Toronto.
Selección oficial 31 Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
Selección oficial 11 Festival de Cine de Roma.
 

 

Foto: Raúl Soto.

Por Gabriela Castro Rico

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