Tatiana de los Ríos: "Congelé mis óvulos mientras decido ser mamá"

Inolvidable por su voluptuosidad en el 2000, puso de moda empinar los labios en las fotos y nos sorprendió compitiendo en televisión en el Desafío. Hoy quiere ser actriz y mientras sueña con un papel protagónico, ya tiene un plan para asegurar su fertilidad por si luego decide ser mamá.

Por Jairo Dueñas

28 de septiembre de 2015

Tatiana de los Ríos: "Congelé mis óvulos mientras decido ser mamá"
Tatiana de los Ríos: "Congelé mis óvulos mientras decido ser mamá"

Tatiana de los Ríos: "Congelé mis óvulos mientras decido ser mamá"

El mundo de las modelos se asemeja al del cine mudo. Aparecen siempre hermosas como en sueños sin musitar palabra y nos condenan a recordarlas. Pasan una y otra vez silenciosas por pasarelas, comerciales y anuncios publicitarios. Cruzan sensuales casi sin mirarnos y eso nos ata aún más a alguna parte de sus cuerpos. Pasan nítidas como los malos pensamientos. Pero cuando una de ellas rompe la burbuja deja de posar y, para rematar, habla... algo en el universo hace crack  y se resquebraja. Caen del cielo al mundo terrenal. Escapan de la caja de muñecas directo al campo de batalla. Lo hizo Natalia París como empresaria de cremas y bronceadores, Adriana Arboleda como diseñadora y ahora es el turno de Tatiana con sus ganas de meterse de cabeza en la actuación. 

La primera vez que vi a Tatiana de los Ríos en Medellín tenía 18 años y todavía no sabía si quitarse o dejarse su lunar de Cindy Crawford. Era su primera portada de CROMOS. La segunda, me tomé un café largo con su novio rockero, Juan Esteban Aristizábal, mientras esperábamos a que ella terminara de arreglarse para una nueva sesión fotográfica. Y ahora me encuentro con una mujer casada con un marido “a distancia” (él vive en Cali y ella en Bogotá), que quiere congelar sus óvulos por si más adelante decide ser mamá, pero eso sí, después de cumplir su sueño de convertirse en una actriz de verdad. Palabras desde la intimidad.

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PRUEBA

Vestido y solitario: Mango

 

 

¿Cuántas veces pensó en quitarse su lunar de la mejilla derecha?

Cuando empecé a modelar ¡muchas! Dudé al principio porque la gente siempre me molestaba en el colegio por el lunar.

 

¿Qué le decían?

No sé, que tenía una abeja ahí. Tú fuiste uno de los que me dijo que no me lo quitara, que ese lunar iba a ser mi marca. 

 

¡Y hoy es su marca!

Ha sido algo que me ha caracterizado. A la gente le gusta y es parte de mí. Por ejemplo, yo hacía con la boca así (Junta los labios y los empina), y eso se volvió un ícono para las niñas.

 

¡Usted es la culpable de que muchas mujeres saquen los labios en forma exagerada, frente a la cámara!

Sí, muchas me empezaron a remedar y de verdad que yo lo hacía no por mala sino por ingenua, tratando de insinuar, porque quería mostrar, y me sirvió.

 

¿En que cree Tatiana?

En Dios y después en mí. 

 

¿Desde cuándo cree en el matrimonio?

¿Desde cuándo? Desde que me casé a los 32 años.

 

¿Y por qué a los 32?

Porque no había llegado el príncipe azul, no es que no me quisiera casar, no era importante para mi casarme, no era una de mis prioridades, y pues cuando llega Karim, que cumplía con todo lo que yo había querido y también mi mamá quería que me casara, o sea más por la familia y ahora también pues como por no sé, si por tener esta unión ya frente a Dios pero pues no es que haya cambiado, llegó alguien que tenía todo.

 

Dijo usted de su esposo:  “tuve la bendición de encontrar una persona relajada que me apoya en todo, hicimos el pacto de estar como novios a la distancia.” ¿No viven juntos? ¿Cómo es eso?

Yo le dije a él que yo había encontrado la actuación y que no pensaba dejarla, que si a él le incomodaba eso, pues yo no me podía casar porque eso es lo que yo quiero hacer y eso es lo que voy a seguir haciendo.

 

¿Cuáles son las incomodidades de la actuación?

 

Que tuviera que viajar, que si sale algo, las escenas de darme besos con mis compañeros, que si me tocaba grabar íbamos a estar  separados, todo este cuento que muchas veces para la pareja no es fácil. Al principio estuvo viviendo conmigo en Bogotá, pero después se tuvo que volver a Cali, entonces hemos estado en una relación más o menos de lejos. Teníamos una regla que no se podían pasar más de diez días sin vernos, pero ya van como 15. 

 

¿Y funciona así?

No es perfecto, es muy difícil y a veces no es suficiente.

 

El descontrol de la fama

 

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"Muchas veces hacía cosas por estar en sociedad o agradar a la gente, ahora soy más egoísta, hago lo que me hace feliz, y digo no así suene grosero."

 

¿Cuál ha sido su época más descontrolada?

La de 2000, cuando tenía 23 años y estaba en lo más alto del modelaje. Era muy niñita, me llegó todo eso con su dosis de descontrol. Verse en las portadas de las revistas te alimenta el ego. Se sentía rico. 

 

¿Cómo era el descontrol ?

Me gustaba mucho la rumba. Empecé con rockcito, de ahí me fui a la salsa en el colegio y después a la electrónica. 

 

¿Pero qué fue lo más intenso en esa época?

Las fiestas, nos invitaban a muchas, porque si estás en tu momento de fama te llevan a todas. Creo que era eso, perdía tiempo saliendo a rumbear. 

 

¿Metió drogas?

¿Metí drogas? No, sabes que siempre tomaba las pepas del gimnasio, que son  quemadores y te ponen a bailar muchísimo.

 

Yo la conocí cuando su novio era Juan Esteban Aristizábal, el rockero de Ekhymosis. ¿Qué quedó de ese noviazgo?

Pues no, nada, una amistad. Yo tengo admiración por él. Nosotros cumplimos un ciclo, éramos muy jóvenes. Fue una experiencia maravillosa. Él es un gran hombre y se convirtió en un gran ser humano y ahora es un gran papá. Lo admiro mucho, lastimosamente no volvimos a hablar.

 

¿Cuándo fue, entonces, la última vez que se hablaron?

La verdad no sé, mentiras, ¿sabes qué? fue cuando nosotros nos separamos, y él se fue a buscar rumbo a Los Ángeles como Juanes. Inclusive duré 2 años sin hablar, después vuelve y va a hacer el video donde está Karen. Ahí es cuando conoce a su actual esposa. Él me invitó a hacer ese video y, no sé por qué, por cosas del destino, al final no lo terminé haciendo. Y lo hizo Karen, mira como son las cosas de Dios. Creo que fue la última vez que hablé con él.

 

¿Quedó algo de ese noviazgo en alguna canción de Juanes?

Nada. Dicen que Mala Gente era para mí, pero quiero decirles que es mentira y le pueden preguntar a él. 

 

¿Cuánto duraron de novios?

Dos años. Tengo algo con los dos años, siempre duro dos. 

 

¿Qué los separó finalmente?

¿A mí y a Juanes? La muerte de mi hermanito, Alejandro. Justamente en esa época se muere de 16 años en un accidente en un carro. Juanes se portó increíble, me acompañó todo el rato. En mi casa lo adoran, pero yo no sé, empecé como una transición o algo, no sé cómo llamarlo. El dolor mío fue diferente, fue más hacia adentro y me terminé alejando y él estaba en ese momento también en sus giras y en sus cosas y los tiempos cuadraron justamente para que él saliera a buscar su futuro afuera.

 

"Yo era súper tierna"

 

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Su primer trabajo como modelo fue a los 15 años para el Éxito. La imagen se exhibió en la sección niñas. 

 

 

¿Su primer trabajo como modelo?

Son dos pendones, uno con una imagen mía con un paragüitas y otra así sentada, a los 15 años, para la sección de niñas en el Éxito.

 

¿Y cómo consiguió hacer eso?

Fue porque un fotógrafo me vio caminando por la 10 y me dijo: “¿a usted no le gustaría hacer unas fotos?”. 

 

¿Y qué fotógrafo fue el que la vió?

Se llama Sergio Ochoa.

 

¿Era fotógrafo de medios?

No, de campañas. De ahí me llamaron a los 16 años para hacer el comercial de Johnson & Johnson, el de la plumita. ¿Te acuerdas? Es que yo era supertierna. Me pagaron $30.000.

 

¿Cómo así que era tierna?

Pues es que después, a los 18 años, los rasgos me cambiaron, como que los ángulos de la cara se me afilaron más, y ya no me vieron tan tierna, las otras fotos eran más sensuales. 

 

¿Y cómo es ese paso de modelo tierna a sensual?

Modelé de a poquitos y, de un momento a otro se hizo una campaña con El Colombiano, estaban buscando a la más bella entre 500 candidatas, y gané. Julio Sánchez Cristo salió a hablar en su emisora sobre la mujer más bella de Antioquia y yo era una niñita. Yo digo que él fue uno de los que me impulsó, de ahí se encadenaron un montón de cosas.

 

¿Estaba en el colegio?

Sí, y la gente empieza a llamarme para varias campañas y ahí sale otro comercial, que era de una cerveza. De verdad fue de un momento a otro. Natalia París era la única modelo que había y era una admiración de verdad, era la única modelo y todas querían ser como Natalia. Yo era totalmente lo opuesto de ella y nos empezaron a comparar. Mi primera portada de CROMOS llega en ese momento.

 

¿Cuál fue su sensación con esa portada?

CROMOS fue la primera. Mi mamá nunca me había visto tan sensual, y hasta me dijo: “mija, qué van a decir las tías”. Ella se escandalizó un poco, pero ya después tenía su portada ahí exhibida.

 

¿Qué queda de su vida de modelo?

Unos recuerdos muy lindos y muchas fotografías.

 

¿Las guarda todas?

Sí, mi mamá tiene colección.  En Medellín tiene casi todo guardado, álbumes, recortes.

 

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"Con la primera portada de CROMOS, mi mamá nunca me había visto tan sensual, hasta me dijo: 'Mija, qué van a decir las tías'.

 

Alias "Tetis"

 

Estudió en el Columbus School y la llamaban ‘Tetis’.

¡Ay sí! Era 36B, era por eso, en mi anuario sale “Tetis”. Y cuando voy a Eafit a estudiar Negocios Internacionales, que no terminé porque no me gustó, me acuerdo que el primer día de clases me alcanzaron a ver dos compañeros que estaban en un hall y empiezan a gritar ‘¡tetis!, ¡tetis!’ En ese momento creí que ese apodo era para toda la vida.

 

¿Y sigue siendo ‘Tetis’?

No, me quité, estoy en 34. Ahora hago mucho deporte y de pronto es más fácil para mí y son más manejables para trotar, para todo.

 

¿Cuántas operaciones más?

La del busto no más.

 

¿Pero en el modelaje le gustaba la talla 36B?

Primero no me gustaba porque todo el mundo me molestaba en el colegio. Casi fue trauma, me ponía buzos grandes. Además, fue de un momento a otro que salimos a vacaciones y todas nos fuimos planas y cuando volvimos yo era la única que tenía. Siempre me tapaba, y ya después más grandecita, cuando empecé a modelar, digamos que fue algo que me sirvió, la gente incluso me identificaba igual que por el lunar también por mis...

 

Del complejo al éxito.

Si, después me sirvió para modelar, casualmente en esa época era algo positivo ser voluptuosa, eso también llamó la atención, yo creo que también fueron cosas que me ayudaron.

 

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Short: Azulu. Abrigo: Mango.

 

¿Qué hacía con la plata del modelaje?

Siempre he ahorrado. Mi mamá, Luisa Fernanda Vallejo, siempre me ha ayudado a organizarme. Siempre me lleva la cuenta de la plata, gracias a ella aprendí a ser independiente.

 

¿Y su papá?

Para mi papá, Héctor, sigo siendo la niña chiquita y para mi mamá soy como una amiga, me llama tres veces al día, ella sabe todo, de verdad. Mi mamá es abogada y mi papá, sociólogo.

 

¿Cuánto duró modelando?

Como 15 años, no, en realidad a los 33 dejé de modelar por el simple hecho de que quiero que me tomen en serio como actriz.

 

¿Algo malo de haber empezado tan joven en el modelaje? 

Yo no le veo nada malo. Todo llega en el momento justo, si yo no hubiera vivido todo eso ahora no estaría actuando. En 2006, cuando salí del primer Desafío, me invitaron a hacer una obra de teatro, al lado de Ramiro Meneses, por ser Tatiana de los Ríos, la modelo, no por ser actriz. 

 

¿Cómo se llama la obra?

Las curvas del amor. 

 

¿Y usted era las curvas?

Más o menos, yo era la novia de él. Me encantó, lo hice muy bien, pero es como cuando te enseñan una pieza de tango, pero no sabes bailar tango. En mi caso sabía hacer solo ese personaje, pero no sabía actuar.

 

¿Después hizo Bazurto?

Hice Bazurto, que le agradezco a Caracol Televisión que me diera la oportunidad, además fue mi primer personaje y entro de antagonista con el Flaco Solórzano, con una gente superdura. Para mí fue todo un reto, yo no lo podía creer.

 

"No me ven como actriz"

 

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Jumpsuit: Azulu

 

Siendo autocrítica ¿Qué le faltó en Bazurto?

No sé, me faltaba más. Digamos que ahora soy más profunda, de pronto puedo sacar lo más interno, uno va cogiendo experiencia, como te digo, después de eso fue que empecé a estudiar por fuera.

 

¿Y qué estudió?

Estuve en Lee Strasberg en New York, hice Taller de Meisner, hice Stella Adler el año pasado. Tres métodos de actuación, el más conocido es el de Lee Strasberg, que es donde todas van, memoria emotiva; después viene Meisner, que es a través del oído y es el que más se parece a Stella, en el que se formó Marlon Brando. Cada uno tiene su técnica y uno va cogiendo pedacitos. 

 

¿En qué se vería actuando, después de todo lo que ha hecho?

Me encantaría hacer un personaje bipolar, me parece todo un reto, un personaje parecido al que tiene Claire Danes en Homeland, un personaje difícil.

 

¿Los canales  ya la ven como actriz? 

No, pero estoy tan feliz actuando que quiero que la gente, los directores y los canales se den cuenta de que ya no soy la niña modelo sino que de verdad soy actriz. Lo único que sé es que quiero actuar toda mi vida.

 

¿Qué falta para que la llamen a actuar en novelas? 

No sé, que llegue el personaje que es, eso también lo aprendí. Muchas veces no ganas el casting porque lo hayas hecho mal sino porque el personaje no es para tí.

 

¿Pero ya la llaman a casting?

Ya he hecho varios. Procuro siempre hacerlo lo mejor, que si no quedo, por lo menos no estar entre las últimas. De pronto hago una película en octubre, apenas la estamos preparando, estamos en ensayos. Es sobre trata de blancas y yo soy la mujer que enreda en esa secta a las niñas. 

 

Abro comillas: “El miedo es la sensación que más me gusta, sonará divertido pero me excita”, dijo a Cromos en 1998.

¿Eso dije? ¡No lo puedo creer! Pero ya no pienso así. Antes era más atrevida,  ahora no me gustan los miedos. ¡Qué pereza tener miedo!

 

¿Su época más tranquila?

Esta, totalmente, me siento muy tranquila, es más, inclusive, en el Desafío me asombró lo tranquila que estuve, me divertí tanto, pasé tan rico, porque hace diez años no pasé tan rico.

 

¿Cuál es la clave de su tranquilidad actual?

Yo creo que es estar siempre presente, no preocuparme ni por el pasado ni por el futuro, es tratar de hacer lo que me gusta siempre. Antes, muchas veces hacía cosas por estar en sociedad o agradar a la gente, ahora soy más egoísta con mi tiempo, hago más lo que quiero hacer, lo que me hace feliz, y digo no cuando es no, así suene grosero.

 

¿Hoy a qué no iría?

¡Uy, a una fiesta electrónica! 

 

"Mi plan B de ser mamá"

 

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"Congelar mis óvulos es tener una opción para que cuando quiera ser mamá -de pronto nunca este preparada-, tener esa geguridad de que ahí están."

 

¿Por qué decidió congelar sus óvulos?

Porque hay ese mito, que es verdad, y que las mamás alimentan cuando dicen: “no, mija, a los 35 usted ya tiene que quedar en embarazo si no después ya no puede”. Y yo cumplí los 36 pero no me siento todavía preparada para ser mamá. 

 

¿De dónde salió la idea de congelar los óvulos?

Nunca había pensado en eso. “¿Será que congelo mis óvulos?”, lo dije como un chiste, porque de verdad pensaba que era para otras personas. Y al otro día empecé a averiguar y me encuentro con InSer, este centro de fertilización y doy con el fundador, que es Fidel Cano, un ser divino. Él me ha llevado todo el proceso y me explica todo y me muestra que es simplemente un seguro a la fertilidad. Yo me cuido mucho, como sano, voy al gimnasio, pero mi cuerpo sigue creciendo, por dentro se va envejeciendo y esto es una alternativa que me da tranquilidad.

 

¿Y qué la intranquiliza?

Supuestamente de los 35 a los 40 años los óvulos empiezan a volverse viejos y ya no te sirven, entonces muchas mujeres llegan a esta edad y quieren tener hijos y ya no pueden, les toca buscar quién les done óvulos, y eso sería triste. 

 

Entonces su opción fue congelarlos.

Digamos, que en dos años quiero tratar y si funciona, pues listo, tuve mi hijo naturalmente, pero si no ahí tengo los óvulos que tenía cuando estaba un poco más joven, es como tener un plan B.

 

¿Y si tiene sus hijos de manera natural, qué pasa con los que tiene congelados? ¿Los donaría?

No sé, es una pregunta muy fuerte porque uno sigue diciendo mis óvulos, son mis hijos, entonces no sé si los donaría, pero de pronto uno puede pensar más adelante, sabiendo que Dios le dio la vida a unos de sus hijos, darle ese derecho a otra señora.

 

¿Cuántos óvulos se congelan?

Se congelan de diez a quince. Es un tratamiento que se viene haciendo hace más de 20 años. Todo empieza porque las mujeres que sufren de cáncer cuando les hacen la quimio sus óvulos mueren, entonces ellos lo que hacen es que retiran los óvulos y los congelan, para cuando ellas ya estén bien tengan la opción de ser mamás. 

 

¿Su idea es postergar la maternidad al máximo?

Mi idea es tener una opción para que cuando quiera ser mamá, — de pronto nunca me sienta preparada—, tener esa seguridad de que ahí están mis óvulos. 

 

"Nunca quise ser modelo"

 

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Short: Azulu. Abrigo: Mango.

 

Y algo que en su vida quisiera repetir.

Sí, obvio, pero pues son bobadas. En este momento estoy loca por devolverme a estudiar teatro a Nueva York, me encantó vivir allá, eso si lo voy a repetir. 

 

¿Vas a seguir en realities?

¿Por qué no? Por ahora no, podría repetir después otros realities. Las competencias me encantan. ¿No has visto las competencias? ¡Son increíbles! ¿Cuándo en la vida vas a poder hacer eso? ¿Quién te arma unos juegos gigantes en una playa en la India? La verdad es duro, pero es algo temporal.

 

Y una frase suya.

Todos los días me levanto y digo: “me cubro con la sangre de Cristo para que me proteja de todo mal en el día”.  Antes de la entrevista me encomendé.

 

¿Siempre ha sido tan religiosa?

No, hace dos años que estoy más espiritual. Digamos que antes yo no lo sentía tan cercano y ahora simplemente me entregué a él, le entregué mi carrera, le entregué mi matrimonio y me siento muy tranquila.

 

¿Cómo abrió esa puerta?

No, toda la vida mi mamá ha sido muy católica, yo he sido muy católica, empecé a hablar más con Dios por un familiar que quiero mucho. 

 

¿Tío? ¿Primo?

No quiero decir. Alguien muy cercano a mí, estuvo muy enfermo y entonces empecé a pedirle,  hablarle, a ir a la iglesia, y me hizo el milagro, curó a esta persona y me empecé a acercar más. 

 

¿Qué tiene en la mesa de noche?

Un libro de la mujer de Osho y una lamparita.

 

Un perfume que le encante.

Ya lo descontinuaron, se llamaba Red. 

 

Una película favorita.

Birdman.

 

Un plato que le fascine comer. 

Me encanta uno que me hacen en la casa, es un pollo sudado con arroz y salsita, pero me lo hacen desde chiquita, y me lo prepara María, la nana que me crío, siempre está ahí.

 

 ¿Cuándo niña cuál era su juego favorito?

Nunca he sido muy de barbies, me encantaba jugar a policías y ladrones.

 

¿No jugaba a modelar?

Nunca, la verdad nunca quise ser modelo. 

 

Un final para Tatiana.

No creo mucho en los finales.

 

***

Ahora la veo en el estudio, frente a la cámara, con un dominio absoluto de su cuerpo como una gimnasta pero con la relajación de alguien que apenas despierta de una siesta. Entre esos dos mundos se balancea en la cuerda. Ese es su talento: poner a flotar sus 53 kilos y hacer inalcanzables sus 1.70 centímetros de estatura. 

 

El procedimiento:

El nombre del procedimiento es vitrificación de óvulos. Durante los primeros días del ciclo menstrual, máximo hasta el cuarto día, se evalúa a la paciente y comienza la aplicación de una serie de inyecciones. Al quinto día se hacen controles de ovulación. En su ciclo, la mujer produce de 8 a 10 óvulos y el cuerpo elige uno, el medicamento evita la selección y hay una respuesta promedio de 10 óvulos, que luego se extraen del cuerpo, mediante el método de aspiración, que  requiere sedación. El ideal es almacenar entre 10 y 20 óvulos. 

Clave: de los 25 a los 35 es la etapa en la que el cuerpo produce los óvulos de mejor calidad. 

Fidel Cano, Ginecobstetra, del CES, con maestría en reproducción humana de la Universidad de Valencia, España.  Director médico InSer. 
 
 

Fotografía: Hernán Puentes 

Asistente de fotografía: Junior Rojas 

Maquillaje y peinado: 

Norma Sánchez @normajaneid  

 Vestuario: Marcela Ávila y Mayra Hernández para Oh Margot! 

Producción: Mónica Ma. Moreno

Vestido: Azulu

 

Por Jairo Dueñas

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