Los geles con alcohol pueden intoxicar a los niños: ¿qué debemos saber sobre ellos?

Andamos paranoicos con la limpieza de nuestras manos y a veces olvidamos que los antibacteriales son productos que debemos usar con mucha responsabilidad.

Por Redacción Cromos

23 de mayo de 2020

Los geles antibacteriales están compuestos, principalmente, por alcohol etílico (entre el 60 y el 85%) y agua. / Getty

Los geles antibacteriales están compuestos, principalmente, por alcohol etílico (entre el 60 y el 85%) y agua. / Getty

La posibilidad de que nuestros hijos se contagien de coronavirus nos produce pánico, incluso cuando hemos leído en múltiples medios que no es la población más vulnerable y que la mayoría de los niños infectados ser recuperan con mayor facilidad que los adultos. Pero, como padres, es más doloroso verlos sufrir a ellos que pasar por la enfermedad nosotros mismos, así que solemos ser especialmente cautelosos en estos tiempos de amenazas invisibles. Somos intensos y repetitivos con el lavado de manos. Limpiamos con rigurosidad cada alimento que les damos. Compramos tapabocas de Superman y Pepa Pig hace rato, para estar preparados en caso de una salida de emergencia. Y andamos armados con gel antibacterial, ya que es un escudo práctico para proteger a los más pequeños, sin saber que, según advierte la Asociación Española de Pediatría, la composición de estos productos puede ocasionar graves problemas de salud si son utilizados de forma incorrecta o ingeridos.

Los geles antibacteriales están compuestos, principalmente, por alcohol etílico (entre el 60 y el 85%) y agua, aunque también se incluyen otros compuestos, como la glicerina, que ayuda a hidratar la piel y a minimizar los riesgos de reacciones adversas, explica a Silvia Díaz, experta en disciplina positiva. Usados en grandes cantidades pueden irritar la piel, producir enrojecimiento y sensación de quemazón (como adultos ya lo hemos comprobado). Además, si son niños quienes los utilizan y se llevan las manos a la boca o a los ojos, pueden ocasionar inflamación y enrojecimiento de las mucosas, e incluso vómitos.

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Por esta razón y porque se ha probado que la efectividad de estos geles en realidad es más baja de lo que se pensaba, lo más recomendable para prevenir infecciones es lavar las manos con agua y jabón. Hay estudios, incluso, que han determinado que, para que el antibacterial funcione, hay que frotarlo sobre la piel durante cuatro minutos, lo cual puede ser imposible de lograr con los niños.

A la hora de usarlos

Aunque estos geles no deberían ser la primera opción para limpiar las manos de los niños, a veces son la mejor alternativa. Si salimos y no tenemos una lavamanos cerca, por ejemplo. O en los salones de clases, una vez todo empiece a volver a la normalidad. Por esta razón, si los vamos a seguir usando, vale la pena tomar ciertas precauciones.

Para empezar, debemos situarlos fuera del alcance de los niños, como haríamos con cualquier otro producto de limpieza del hogar. En segundo lugar, se debe echar la cantidad correcta: que sea suficiente para cubrir las manos y que se absorba sin mucho trabajo; es decir, no debería sobrar.

Adicionalmente, es muy importante que les enseñemos a los niños cómo aplicarlo y explicarles qué deben evitar hacer si lo llevan en sus manos. Para empezar, los pequeños deben saber que si tienen sus manos visiblemente sucias, no deberían echar antibacterial, primero deben lavarlas con agua y jabón. Es decir, en muchas ocasiones el gel es una especie de refuerzo. Una vez pongan la cantidad de antibacterial necesario, deben repartirlo por las palmas, entre los dedos y en la superficie de las manos. Luego, deben ser muy conscientes de sus acciones: no deberían llevar sus manos a la boca ni restregarse los ojos con los dedos. En este sentido, es mejor que los menores de 3 años no lo usen.

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La comunidad  médica recomienda que el envase del gel no se reutilice, ni siquiera para llenarlo con otro gel. Es importante conservar la etiqueta original para informar a un médico en caso de un accidente. Si es posible, sería ideal que el antibacterial tuviera cierre de seguridad.

En caso de accidente

La Asociación Española de Pediatría publicó algunas recomendaciones a seguir en caso de que nuestros hijos se intoxiquen con estos geles.

1.  Ante la sospecha de ingestión, no provocar el vómito, pues al igual que sucede cuando se ingieren otros productos tóxicos, el vómito podría aumentar el daño.

2.  Si el gel ha provocado reacciones adversas en la piel o los ojos, lavar abundantemente con agua fría.

3. En todo momento conservar el envase del producto, pues en caso necesario, la etiqueta podría ser de gran ayuda para los médicos a la hora de tratar al niño.

4. En cualquier caso se debería consultar al pediatra o llevar al niño al hospital, según la gravedad de los síntomas, para actuar con prontitud y así prevenir efectos colaterales más graves.

 

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