Las estrellas son negras...dedicada cinco veces a Álvaro Castillo Granada

Álvaro Castillo Granada, librero, escritor y columnista de Cromos, evoca un recuerdo con Arnoldo Palacios y su novela Las estrellas son negras.

Por Álvaro Castillo Granada

05 de marzo de 2024

La mañana del 27 de abril de 1998 entré a una tienda de libros usados. Un lomo ajado y con algunas letras borradas me llamó. Era la primera edición de Las estrellas son negras, publicada en Bogotá por la Editorial Iqueima en 1949. La primera novela de Arnoldo Palacios.

Tenía una dedicatoria del autor: “A Francisco Villaveces López, un trabajador por la cultura nacional, un guardador del fuego; aquí un recuerdo de Arnoldo Palacios Bog. 27 de junio 1949″.

Sigue a Cromos en WhatsApp

Te puede interesar leer: La magia de Gabriel García Márquez revive en su novela En agosto nos vemos

Lo devoré de una sentada. No solo me conmovió la historia de Irra y Nive, sino también me impresionó la destreza en el manejo de la oralidad y la tremenda modernidad que irradiaba ese texto.

Por esos días Arnoldo Palacios vino a Bogotá. Me enteré de que iba a estar en la Universidad Central. Dos cosas me impresionaron ese día: su risa amplia, total, y la manera con que saboreaba las palabras cuando hablaba. Al finalizar me acerqué para pedirle que me firmara el libro. Le dije:

-Don Arnoldo, ¿puede dedicármelo, por favor?

Desde ese momento empecé a llamarlo “Don Arnoldo”. ¿Por qué decirle “Don” a alguien que lo que menos hacía con los demás era establecer una distancia? No pude dejar de decirle “Don” a alguien que transmitía cercanía, elegancia, honor, dignidad y generosidad. Muy pocos transmiten esto. Es algo parecido a la verdad. Se sabe.

Lee en Cromos: Gabriel García Márquez y su vida anónima antes de Cien años de Soledad

-¡Pero esta es la primera edición! Yo no la tengo. Te la cambio por 10 ejemplares de la nueva, me dijo abriendo los ojos y los brazos como si intentara abarcar la distancia que hay entre París y Cértegui.

-Le propongo otra cosa: yo le prometo, le doy mi palabra, que se la voy a conseguir. No se preocupe. Yo soy librero y sé que me volverá a llegar. Lo cumplí dos años después.

Hablamos un rato sobre la novela, la literatura y su vida. Me escribió: “Para Álvaro Castillo, gran lector y, por ende, gran amigo de quien escribió estas páginas sangrantes de dolor y repletas de alegría dentro de la existencia y frente al futuro permanente. En recuerdo de este encuentro en la Universidad Central. Santafé de Bogotá 3 de junio de 1998″.

Este primer encuentro empezó a armar una historia que hizo que continuáramos viéndonos cada vez que volvía a Colombia. De alguna manera me enteraba o él me avisaba. La cosa es que no dejábamos de citarnos, siempre por la mañana, para desayunar tajadas de plátano, queso y café. Como si estuviéramos en Cértegui o Quibdó. Y seguir hablando…

A él ha sido al único escritor que le he pedido que me rededique un libro. ¿Por qué? Lo sé. Era una manera de homenajearlo y celebrar la vida que nos daba la oportunidad de reencontrarnos.

Me lo volvió a dedicar cuatro veces más.

La segunda: “Amigo Álvaro, aquí agrego otro testimonio de cariño y admiración por el poeta y propagador de la palabra, 7 años después. Bogotá, 24 de febrero de 2005″.

La tercera: “Qué gusto hacerte este nuevo regalo de mi firma al amigo-hermano Álvaro con todo cariño. Bogotá, 26 de agosto de 2009″.

La cuarta: “Para Álvaro Castillo Granada para la 4ª edición de este libro, mejor dicho, mi cuarta dedicatoria, con gran orgullo del amigo. Bogotá, 17 de enero de 2012″.

La quinta: “He aquí la 5ª de esta dedicatoria en este ejemplar, dedicado como recuerdo de un admirador fiel de nuestra amistad. Mi abrazo. Mayo 22 de 2014″.

Verlas hoy es asistir a la historia de la amistad de un lector y un escritor, que un día se encontraron y no dejaron de hacerlo, porque había mucho que conversar y no dejar de recordar, “entre nos, hermano”.

*Columna escrita por Álvaro Castillo Granada.

Más infomación en @sanlibrario.

Por Álvaro Castillo Granada

Sigue a Cromos en WhatsApp
Este sitio usa cookies. En caso de seguir navegando se entenderá que usted ha otorgado una autorización mediante una manifestación inequívoca para su uso
Aceptar