El inicio de año trae consigo tanto la revisión de las metas que se cumplieron y las que quedaron pendientes del año previo, como la planificación de nuevos objetivos.
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Ahora bien, según una investigación de la Universidad de Scranton de Estados Unidos, solo el 8 % de las personas cumplen sus propósitos al finalizar el año, lo cual se traduce en que, 3 de cada 4 personas finalizan el año sin cumplir con sus metas propuestas. Asimismo, el estudio señala que el 25 % de las personas no logra mantener sus metas más allá de la primera semana de enero y el 20 % las abandona después de seis meses.
¿Cómo lograr tus metas en sencillos pasos?
Una encuesta de OnePoll, que publicó la plataforma española Productividad Feroz, señaló que el 68 % de las personas reconoce nunca haber cumplido sus propósitos de Año Nuevo.
Así las cosas, ambos estudios confluyen en una misma observación: la mayor parte de las personas no logra alcanzar los objetivos trazados; situación que puede influir en la aparición de sentimientos y emociones como la ansiedad, la depresión, la frustración, la desesperanza e, incluso, la pérdida de interés en las actividades que se emprendieron.
Cerca a la fecha de ‘Blue Monday’ -nombre que se asocia con el tercer lunes de enero de cada año y el cual se califica como el día más triste del año por diversos factores que incluyen el fin de las fiestas decembrinas y los proyectos no cumplidos- Pablo Rivera, psicólogo clínico de Compensar, llama la atención sobre la importancia de no dejarse llevar por la frustración y seguir trazándose objetivos.
“Tener metas en el corto, mediano y largo plazo, generará en la persona toda una serie de cambios comportamentales, actitudinales y cognitivos que la llevarán a motivarse. De hecho, esta también es la forma en la que muchos individuos descubren nuevas habilidades y potencializan otras”.
Para trazarse metas alcanzables, el experto menciona tres puntos clave para tener en cuenta:
· Lo primero, es definir un objetivo en función de los deseos y aspiraciones de cada individuo. Esta es una reflexión inicial de ¿Qué quiero alcanzar? ¿Con qué sueño?
· Tras ello, es importante evaluar la meta en un ejercicio consciente de las herramientas con las que se disponen o se pueden llegar a disponer ¿Qué necesito para alcanzarlo y con qué cuento? ¿Puedo ir evaluando su avance y desempeño a lo largo del año? ¿Con qué recursos económicos dispongo (ahorros, créditos, etc.)?
· Si el objetivo tiene un sustento que lo pueda llegar a hacer materializable, se recomienda detallar su ejecución aclarando ítems importantes como: personas que se involucran en el objetivo; tiempo necesario para su planificación; fechas límites; y resultado esperado.
Adicional a lo anterior, Pablo Rivera, señala que el punto de partida es “reconocer los sentimientos experimentados al no lograr las metas planeadas al inicio del año, pues ese reconocimiento ayudará a sentir que, aunque había un deseo, hubo situaciones internas o externas, algunas de ellas incluso fuera de nuestro control, que impidieron alcanzarlas. Pudo ser un “no” en el momento, que derivará en aprendizajes que serán tierra firme en el futuro para las nuevas metas y la capacidad de afrontamiento”.
Sobre la misma línea, un estudio del Journal of Clinical Psychology descubrió que las personas que escriben sus objetivos son 10 veces más propensas a cambiar su comportamiento y lograr su meta. Con estos consejos, se espera que las personas aprovechen el inicio del año, aprendiendo de sentimientos que dejan el año cerrado, así como reflexionando sobre nuevos objetivos que sean alcanzables; lo anterior, cuidará y preservará de la salud mental, sobre todo, en el marco de coyunturas especiales.
