Ojalá pudiéramos revivir a Albert Einstein para preguntarle por qué los hombres (casi) siempre orinan el borde del sanitario. Como el genio alemán ya no está con nosotros, nos toca estar a merced de varios argumentos que muy posiblemente no resolverán este misterio que se cierne sobre esta civilización. ¿Estará resuelto cuando haya otro cataclismo como el que extinguió a los dinosaurios?
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Sigue a Cromos en WhatsApp“En respuesta a las críticas severas y repetidas de nuestras madres y varias relaciones fallidas con mujeres, presentamos la dinámica simulada de la salpicadura de un chorro de orina”, se lee en un estudio de la Universidad Brigham Young, en Utah, dirigido por Tadd Truscott y Randy Hurd. Según BBC, un grupo de físicos estadounidenses estudiaron la dinámica de fluidos de la salpicadura de la orina.
En su informe final hasta dieron consejos de higiene. “La gente me pregunta, ¿hablas en serio? Les digo que sí, que esto puede parecer chiste de preadolescente, pero también es un problema real”, dijo el profesor Truscott al medio británico.
“El chorro de orina masculina se rompe a unos 15-18 centímetros de la salida de la uretra”, explicó uno de los académicos que participó en la investigación. “Así que para el momento en que llega al urinario, ya está en forma de gotas. Y estas gotitas son las responsables de la formación de salpicaduras en sus pantalones de color caqui”.
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El orinal es la mejor opción para un hombre, aunque faltan estudios que determinen si también lo hacen por fuera.
Sí, aunque cueste creerlo, el por qué los hombres salpican al orinar el sanitario tiene que ver con factores físicos y mecánicos (también con algo de poca empatía, rasgo que es muy propio de los machistas).
Ahora sí, pongamos algunas cuestiones sobre la mesa:
La fuerza del chorro
La fuerza con la que se expulsa la orina también puede causar salpicaduras. Un chorro de orina más fuerte puede rebotar más fácilmente contra las superficies duras del sanitario.
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Diseño del sanitario
El diseño y la forma del inodoro pueden afectar la cantidad de salpicaduras. Algunos diseños pueden complicar la minimización del efecto ducha, especialmente si la taza del inodoro es poco profunda o si el agua está a un nivel bajo.
El tema ángulo y distancia
Cuando un hombre está de pie para orinar, hay una mayor distancia entre la fuente de la orina (la uretra) y el sanitario. Esta distancia incrementa la posibilidad de que la orina se disperse antes de llegar al agua o a las paredes del inodoro. Además, el ángulo en el que la orina entra al inodoro puede contribuir a las salpicaduras.
Un poco de precisión
La precisión al apuntar también juega un papel. Las variaciones pueden llevar a un mayor riesgo de salpicaduras fuera de la taza del inodoro.
Variabilidad fisiológica
Diferencias en la anatomía masculina pueden influir en la dirección del chorro de orina, lo que a su vez puede afectar la cantidad de salpicaduras.
¿Qué podemos hacer los hombres?
Para reducir las salpicaduras, podemos intentar acercarnos más al inodoro, reducir la fuerza del chorro al inicio y al final de la micción. Otra medida es sentarse, lo cual es una solución efectiva para evitar completamente este problema (¿será que sí).
Un inodoro sucio puede ser un caldo de cultivo para bacterias y virus, incluyendo patógenos como E. coli, norovirus y otros gérmenes que pueden causar enfermedades. Una limpieza regular ayuda a eliminar estos microorganismos y reduce el riesgo de infecciones.
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