Por supuesto que a la Coronación de Carlos III asistió más de una celebridad notable, pues fueron alrededor de 2.000 invitados los que se congregaron en la Westminister Abbey este 6 de mayo en Londres, entre ellos, Katy Perry.
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Sigue a Cromos en WhatsAppLa cantante, quien llegó acompañada por el editor de Vogue, su versión inglesa, Edward Enninful, fue una de las más notables asistentes en la coronación. La cantante se prepara para dar un concierto de Coronación en el Castillo de Windsor mañana domingo, 7 de mayo.
Además de estar comprometida con Orlando Bloom, quien nación en Kent, también Perry ha trabajado anteriormente con el Rey por una organización de caridad establecida por Carlos durante sus años como Príncipe de Gales, mejor conocida como el British-Asian Trust (o el fondo fiduciario británico asiático).
Para esta ocasión real, Perry acudió a los looks de la fallecida Vivienne Westwood para crear un conjunto con una chaqueta de manga corta de tonos violeta, con una falda que combina y una cartera pequeña de cuero del mismo tono (la famosa Granny Frame Pearl de Westwood).
Una flor de seda estaba a la vista agarrada de su solapa y un sombrero dramático, como lo llamó la revista Vogue, fue su elección. El sombrero fue un plus que le agrego un toque de excentricidad británica, como también lo mencionó la revista, por su tamaño, su material traslúcido y de velo. Lo finalizó con unos guantes largos hasta los codos y un choker de tres hieras de perlas.
¿Por qué tantas mujeres aparecieron de morado?
El morado ha sido generalmente asociado con la realeza desde tiempos antiguos, por lo tanto, no es ningún accidente que la línea de muchas fuera utilizar colores púrpuras o violáceos para celebrar la ocasión.
La corona imperial de Eduardo, por ejemplo, llevaba siempre un acolchado de terciopelo morado, y la corona de la Reina María también lleva esa misma tonalidad distintiva. De la misma manera que entonces, la Reina Isabel II hizo oficial que fuera este el color para su coronación en 1953.
La elección de Katy Perry en una tonalidad más pastel del color oficial de la realeza es un guiño a la ocasión y un símbolo de acogida sin necesariamente ser el centro de atención. Sabemos, en todo caso, que la ganadora del Grammy tiende a elegir atuendos algo excéntricos y en esta oportunidad definitivamente se ajustó a la ocasión y estuvo vestida de acuerdo con el dress-code.
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