Cuando Kanye West se volvió viral en octubre del año pasado por sus comentarios antisemitas, Adidas confirmó que rompía cualquier lazo con él, terminando así el contrato que tenía con él, diciendo adiós a Yeezy. Pero ahora, la marca ve las consecuencias millonarias de darle fin a su colaboración con el rapero.
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2022 fue un año complejo para la marca de origen alemán, sus ventas en China disminuyeron, tuvo que retirarse de Rusia y Yeezy se canceló. Bjørn Gulden es el nuevo director general de la firma desde hace un par de meses, pero se embarca en una gran aventura, pues se espera que Adidas tenga cifras negativas por 700 millones de euros, algo que en gran parte tiene que ver con Yeezy, ya que perderán 1.280 millones de dólares en 2023 si no vende lo que quedó del inventario de esta colaboración con ‘Ye’.
Las posibles opciones para Adidas
La firma de moda deportiva debe hacer un plan de choque frente a lo que se viene por haber detenido la venta de Yeezy, pero tiene opciones muy limitadas. Lo aparentemente lógico sería vender la mercancía sobrante para mermar las pérdidas, pero esto podría manchar su reputación, entonces deben ver cómo salir de este gran problema económico.
Otra salida que veían era rematar los productos existentes eliminando la marca Yeezy, pero esto tiene su lado malo, porque aunque no lleva el branding, seguirían representando las creaciones de Kanye West. También podían incinerar las existencias, como hizo Burberry en 2018, pero esto despertaría un escándalo medioambientalista.
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La última salida es donar las existencias, o también venderlas y con las ganancias recibidas donarlas a organizaciones y personas afectadas por el discurso de odio del rapero, pero de todas maneras, esto no solucionaría las pérdidas monetarias de Adidas. El nuevo director general expresó que este es uno de los desafíos más graves de su carrera, pero tiene confianza en el futuro y espera superarlo para el próximo año.