7 errores que cometemos los papás con el segundo hijo ¡Que no te vaya a pasar!

Aunque al tener un segundo bebé ya vamos “más preparados”, podemos cometer errores y hasta afectar a nuestro hijo mayor.

Por Redacción Cromos

18 de agosto de 2023

Cuando somos padres primerizos es normal que lleguemos a cometer unos cuantos errores, la mayoría por la confianza: sea por el exceso de ella o por no tenerla y dudar de más. Al final de cuentas, es una labor en la que aún no tenemos experiencia y tendremos que ir descubriendo qué hacer.

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Al recibir a nuestro segundo hijo, llegamos a creer que el camino será mucho más fácil y ya sabemos todo lo que pasará entonces no volveremos a equivocarnos. Pero, si bien hay aprendizajes de la primera vez, cada niño es un mundo y habrá un mundo de cosas por descubrir y errores por cometer.

Los errores más frecuentes que cometemos con nuestro segundo hijo

Los errores más frecuentes que cometemos con nuestro segundo hijo

Los errores más frecuentes que cometemos con nuestro segundo hijo

Pero tranquilos, de las fallas se aprende. Estos son los 7 errores más frecuentes que cometemos los padres con la llegada de un segundo hijo.

Creer que el segundo hijo será igual que el mayor

Uno de los errores más ingenuos que llegamos a cometer es pensar que todos los hijos serán iguales y que se repetirá exactamente lo mismo que con el mayor. La cuestión es que cada niño es un mundo y el estrellón al verlo puede ser fuerte.

Lo más probable es que con tu segundo hijo encuentres un reto que jamás viviste con el primero o que nunca te pasó por la cabeza, y frases como “¡Pero si con el mayor nunca tuvimos ese problema!” serán pan de cada día. Este pequeño que tiene su propia personalidad y es diferente a su hermano, entre más rápido te hagas a la idea más fácil será.

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El “niño trampa”

Entre papás hay un término que se ha creado para hablar de los niños o bebés que suelen ser muy “buenos” y llevan a querer tener un hermanito, esperando que, al igual que él, también duerma bien en las noches, que no suela hacer berrinches, que coma bien sin problema, etc.

¡Estás poniéndole la presión de tus expectativas a un bebé que acaba de nacer! Cuando lo más probable es que tu hijo mayor tampoco haya sido “perfecto”, sino que siempre los buenos momentos superarán los negativos, entonces es más fácil omitir los detallitos.

Comparar y etiquetar

No puedes olvidar que cada niño es diferente, con sus características únicas: ninguno es “más bueno” o “más malo”, ni más adelantado o quedado que su hermano. Simplemente es distinto, con sus procesos independientes.

Todos tienen sus propias necesidades y ritmos de aprendizaje, por lo que no debemos ponerles etiquetas, ni positivas ni negativas, ya que por tanto repetirlas, el niño acaba asumiendo que esas denominaciones que le impones es lo que realmente lo define, marcando su forma de ser y actuando como los demás le han dicho.

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Creer que será “pan comido”

No queremos desanimarte o asustarte, pero solemos creer que tenemos todo bajo control y que no habrá mucha diferencia entre cuidar a un niño que a dos, cambiar el pañal de un bebé o de a dos, o dar de comer a uno que darle a dos, por lo que bajamos la guardia. ¡Error!

Cuando llega un nuevo bebé, las tareas se duplican, el cansancio también, pero el tiempo no lo hace. Ahora hay que atender a dos pequeños a la vez, cada uno con sus necesidades al mismo tiempo y el nivel de estrés será mucho mayor.

Ver al hermano mayor aún más mayor de lo que es

Cuando llega un hermanito, nos parece que el mayor ha crecido de golpe ¡la diferencia con un recién nacido es evidente!, pero no podemos olvidar que es el mismo niño de hace unos meses.

No caigas en el error de decirle que “ya está grande” para llorar, para tener berrinches o para reprobar comportamientos que son normales a su edad.

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No dedicarle tiempo “a solas” al mayor

Es indiscutible que tener un recién nacido en casa es muy absorbente, tanto que no nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, incluyendo las señales de atención que puede darnos el hijo mayor.

Te sigue necesitando igual que antes, independientemente de que haya otro bebé en casa. Dedícale tiempo en exclusiva como hacías antes, juega con él, léele un cuento o den un paseo a solas como en los viejos tiempos.

Creer que no vas a poder darles el amor que se merecen

El amor hacia un hijo es tan grande y puro que al enterarnos de que llegará un segundo bebé pensamos en que pareciera que ya no hay espacio en nuestro corazón para amar con tanta intensidad y nos podemos llegar a preguntar “¿podré amarlo tanto como al mayor?”.

Pero tranquilo, quítate de la cabeza el sentimiento de culpa, cuando nace, todas esas dudas se despejan y te das cuenta de que el amor por los hijos no se divide, sino que se multiplica con cada uno. Tienes mucho amor y cuando sean 2, será el doble, y si fueran 3, sería el triple.

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Redacción Cromos

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